Hace un par de semanas se realizó la primera sesión de inducción sobre el uso de la nueva plataforma de gestión de prácticas, actividad que da inicio a la implementación progresiva del Sistema Integrado de Prácticas (SIP) de las Pedagogías de la 鶹. La capacitación fue facilitada por Rocío Arroyuelo, coordinadora de Procesos y Proyectos del Programa de Prácticas y Experiencias del Programa Transversal de Educación (PTE) y Sofía Navarro, analista funcional de U-Campus.
El SIP busca simplificar la administración, el seguimiento y la evaluación de las prácticas pedagógicas, mejorando la experiencia tanto para estudiantes como para equipos académicos y administrativos. La herramienta, desarrollada en colaboración con U-Campus, integra un módulo específico que permitirá coordinar de forma más ordenada y eficiente todos los procesos vinculados a la formación práctica.
Para Vicente Campos, analista de evaluación de proyectos y procesos del PTE, “la mayor importancia del SIP es que, considerando la especificidad de cada pedagogía y facultad, nos permite responder como una sola institución; no sólo a las exigencias de la política pública y del aseguramiento de calidad en la materia, sino además a las necesidades formativas del estudiantado en materia de formación práctica. Además, creo que el SIP presenta una gran relevancia en la medida que demuestra la capacidad de las distintas pedagogías para articularse bajo un proyecto común de mejora continua”.
En la misma línea, Perla Rivera, coordinadora general y académica de prácticas del Departamento de Estudios Pedagógicos de la Facultad de Filosofía y Humanidades, destacó que “el SIP podrá beneficiarnos en la medida que reduzca la carga administrativa que se implica en las prácticas y lo que muchas veces nos ocupa, que es la relación entre unidades que comparten programas y los registros de los estudiantes. La idea es probar algunas funcionalidades para ir tomándole el pulso a la potencialidad del SIP, así como también apuntar a los desafíos que podrían aparecer”.
En línea con las demandas de la política pública, el SIP responde al nuevo criterio n.° 3 de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) para la Formación Inicial Docente, que fija estándares claros para la gestión y desarrollo de prácticas. Asimismo, atiende requerimientos planteados por el estudiantado en cuanto a gestión de cupos, evaluación y acompañamiento, y fortalece la relación con los centros de práctica mediante un énfasis en la colaboración bidireccional y el reconocimiento a la labor de docentes coformadores/as.
La implementación del SIP se realizará en etapas: primero, a través de la integración del módulo U-Campus y las capacitaciones para su uso; luego, con la conformación de la orgánica de coordinación y el diseño del sistema de evaluación. Este último contemplará tanto el análisis de indicadores de rendimiento como el mapeo de percepciones de estudiantes, coformadores/as y equipos responsables de las prácticas.
Con esta iniciativa, la universidad busca no solo modernizar su gestión interna, sino también establecer convenios marco que fortalezcan la relación con los centros de práctica y permitan alianzas estratégicas a mediano y largo plazo.