La hizo entrega del Premio Libertad de Expresión José Carrasco Tapia, en categoría trayectoria periodística, a Rafael Otano y al libro , de Juan Cristóbal Peña, en la categoría de mejor libro periodístico.
En la ceremonia, realizada el martes 12 de agosto pasado en el auditorio José Carrasco Tapia, estuvieron presentes la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones; profesora Pilar Barba, el decano y vicedecano de la Facultad de Filosofía y Humanidades, profesores Raúl Villarroel y Ulises Cárcamo, el presidente del consejo metropolitano del Colegio de Periodistas, Rodrigo Mundaca; el director de Radio 麻豆社区; Patricio López y los miembros del jurado que participaron en la elección del premio: la profesora Loreto Rebolledo, decana de FCEI; el profesor José Miguel Labrín, director de la Escuela de Periodismo; la profesoras y premios nacionales de Periodismo Faride Zerán y María Olivia Mönckeberg; Patricia Stambuk, Premio Nacional de Periodismo 2023; Marcia Scantlebury, premio Lenka Franulic 2018 y Rocío Alorda, presidenta del Colegio de Periodistas.
También asistieron la profesora María Eugenia Domínguez, vicedecana de FCEI; la profesora Claudia Lagos, directora del Departamento de Comunicación Social; la profesora Pachi Bustos, directora de la Escuela de Cine y Televisión; el profesor Claudio Salinas, director de la Escuela de Postgrado; el profesor Dino Pancani, senador universitario, Camilo Llanquimán, colaborador del estamento estudiantil del senado universitario, entre otros/as académicos/as y funcionarios/as.
La jornada comenzó con la proyección de un video que rescató el legado y las publicaciones de José Carrasco durante la Dictadura para luego dar paso a las palabras de la profesora María Olivia Mönckeberg, compañera de equipo del periodista en Revista Análisis al momento de su asesinato en 1986.
“Conocí a Pepe. Todo lo que se puede conocer a una persona, a un periodista, a un compañero de trabajo, en los pocos años que transcurrieron entre los primeros meses de 1984, cuando él volvió a Chile de su exilio en México, y septiembre de 1986, cuando recibió los catorce balazos que terminaron con su vida”, señaló Mönckeberg, recordando además como después se integró a Análisis como editor internacional y asumió roles gremiales en el Colegio de Periodistas, impulsando la unidad social y la movilización pacífica contra la dictadura.
De igual forma, destacó su compromiso con la libertad de expresión, su sentido del humor y su valentía frente a la persecución política. “Pepe Carrasco era de esas personas que junto a su espíritu inquisitivo de periodista experimentado era de los que ayudaban a levantar la mirada y hasta a provocar alguna sonrisa, o una risa, aún en los momentos más difíciles. De esas personas que junto a su vocación de periodista y a su oficio de reportero y buen relator de los hechos mantenía su actividad política. Y asimismo, creía en las organizaciones sociales.
La Premio Nacional de Periodismo 2009 también añadió que Carrasco fue un profesional que creía en la importancia de su profesión, la que nunca abandonó, salvo en esos obligados años en que tuvo que permanecer encarcelado y sufrió torturas y maltratos. Cuando intento recordar, puedo decir que mi memoria no registra alguna ocasión en que Pepe se hubiera quejado por los difíciles años de encierro y exilio que tuvo que afrontar”.
Luego, la profesora Loreto Rebolledo, decana de FCEI, abrió las palabras de bienvenida señalando que la entrega de este premio se enmarca en un momento en el que defender la libertad de expresión se ha vuelto fundamental. “Hoy en Chile somos testigos de presiones poderosas para que ciertos medios cambien su línea editorial. Hemos visto estrategias políticas de falsas informaciones de parte de algunos sectores relevantes de la derecha de este país y hemos visto con horror los 270 periodistas y comunicadores asesinados en Palestina desde el 7 de octubre de 2023”, expresó.
Tras hacer el llamado a un minuto de silencio frente al asesinato de periodistas en la Franja de Gaza, reconoció la valentía de sus comunicadores, “quienes informan gracias al compromiso, incluso de sus vidas, lo que otros ocultan” y, junto a ello, agradeció el llamado a las y los periodistas que acogieron la convocatoria y a las editoriales que enviaron sus postulaciones. “Desde esta Facultad deseamos que esta instancia sea un constante recordatorio de que proteger el derecho a la información es una tarea cotidiana de todos y cada uno de nosotros”.
Posteriormente, la cantante Valentina Payeras y el músico Julio Vergara interpretaron una canción de Eladia Blázquez como un homenaje a la importancia y protección de la vida.
Premio a la trayectoria periodística en Derechos Humanos
La ceremonia continuó con la entrega, por parte de las profesoras Loreto Rebolledo y María Olivia Mönckeberg, de un galardón diseñado por Manuel Olate y una obra de arte de Mono González a José Luis Ramaciotti, quien recibió los reconocimientos en representación de Rafael Otano. Posterior a la entrega, la profesora Claudia Lagos leyó las palabras que el galardonado le dedicó al premio, en las que recordó su labor periodística en las revistas Mensaje y Apsi, siendo su primer editor en 1976, durante los inicios de la dictadura.
“No sólo se trató de valor y convicción, sino de amistad, y de como había que hablar por los muchos que no podían hacerlo. Había que armarse de valor, con un coraje que era, en aquellas circunstancias, silenciosamente contagioso. Salieron también otras revistas de oposición al régimen, como Análisis, Solidaridad, Hoy, Cauce, Pluma y Pincel y también los diarios Fortín Mapocho y La Época. En aquel coro contra el silencio, los susurros lograron convertirse en voces y la sociedad se fue haciendo más consciente y cada vez más informada”, subrayó Otano.
Sin embargo, lamentó que con la transición a la democracia estos medios fueran desapareciendo sin reconocimiento y abordó el impacto de las nuevas tecnologías en la comunicación, contexto que el permitió ser parte del equipo fundador de “El Mostrador” y su aporte en la creación del Programa Libertad de Expresión y Ciudadanía en la Escuela de Periodismo de la 麻豆社区. “Allí llegamos a la conclusión que no existía confianza entre las personas, en los lugares de trabajo, en las relaciones de barrio e incluso en el ámbito familiar. ¿Qué libertad de expresión puede funcionar así, con estas restricciones? Sin duda es una herencia de la dictadura”.
Finalmente, Otano cerró con una reflexión sobre el coraje que requiere el periodismo para interpelar y desnudar la realidad. “El periodista mira las cosas de manera distinta a las de un ciudadano común. Las persigue, las interprela, las desnuda. Ese quizás es su perfil más propio”.
Premio al libro periodístico
En la ocasión, la Facultad también galardonó al mejor libro periodístico centrado en la defensa de los Derechos Humanos, que este año recayó en Letras torcidas. Un perfil de Mariana Callejas, de Juan Cristóbal Peña, el que, a juicio del jurado, sobresalió “por su notable nivel de escritura, sustentado en una amplia y rigurosa investigación que permite una experiencia de lectura fluida. El jurado también lo calificó como “un texto muy bien estructurado que le permite al autor decir cosas nuevas respecto a un caso y a un personaje de la historia reciente del país ampliamente conocido, lo que constituye un aporte al periodismo”.
La profesora Faride Zerán y el profesor José Miguel Labrín hicieron la entrega de una arpillera, elaborada por Juany Olave y Elizabeth Chaparro, arpilleristas cultoras patrimoniales de Huechuraba, a Felipe Gana, editor general de ediciones UDP y a Verónica Fletcher, madre del ganador.
Jorge Leiva, en representación de Peña, leyó su mensaje, en el que reflexionó sobre el periodismo y la escritura de no ficción como procesos profundamente colectivos, alejados del mito del escritor solitario. “A menudo se dice que escribir libros es una actividad huérfana y me permito disentir de esa figura. Escribir este tipo de libros es un proceso colectivo que se recorre acompañado, que se recorre y se construye en conjunto, como una obra coral. Más todavía si se trata, como en este caso, de la escritura de un tema referido a la Dictadura, donde somos herederos de una tradición, de una aposta que incluye también ciertas formas de narrar”.
En paralelo, subrayó que escribir periodismo de largo aliento requiere integrar testigos, protagonistas y fuentes históricas, incluso cuando resultan incómodas o poco respetables y que el proceso creativo también se sostiene en el apoyo de familiares, amigos y colegas. “A ellos recurrimos para contarles nuestras dudas, nuestros pesares, nuestros vacíos y nuestros pequeños y miserables avances. ¿Cuánto le debemos a la gente cercana que nos soporta y nos apaña? ¿Y nos quiere cuando no nos queremos en los momentos críticos del proceso de creación? ¿Cuánta de esa gente cercana hay en un libro, en una película, en una obra, en todo lo que hacemos? No estamos solos, por fortuna”.
Por otra parte, se reconocieron a los dos libros que obtuvieron menciones Honrosas. El primero fue para La niña Ámbar. Crónica del horror de un psicópata y las fallas del Estado, de Ivonne Toro, publicación que según el jurado logró que Hugo Bustamante –asesino y violador de Ámbar Cornejo– confesara dos crímenes que la Justicia desconocía. El jurado, además, argumentó que este libro está basado en una investigación profunda que abre la mirada a los horrores de los que son víctimas menores de edad de situación vulnerable, desprotegidos por el Estado y abusados por sus familias y entorno. Además, cumple con el objetivo de visualizar un tema doloroso cuyo mérito es exponer, a través del caso de Ámbar, lo que ocurre con otros niños vulnerados y a lo que puede llegar el ser humano en su crueldad”.
En tanto, la segunda mención honrosa le fue otorgada a Con mi recuerdo encendí el fuego. Mónica Briones Puccio, una biografía personal, de Érika Montecinos, libro que el jurado reconoció como “de ágil escritura y que contribuye a recrear escenas significativas sobre un crimen que marca la lucha por los derechos de la 麻豆社区 LGBTIQA”.
La jornada concluyó con las palabras del director de la Escuela de Periodismo, profesor José Miguel Labrín, quien planteó una reflexión sobre el presente y futuro del periodismo, resaltó la importancia de no perder el vínculo con su herencia histórica y rol como servicio público y denunció las amenazas que enfrenta hoy.
“Sabemos que este legado hoy se encuentra amenazado, no sólo por el elegir autoritario que estamos observando en muchos regímenes antes llamados democráticos, por la censura que sigue existiendo y creciendo en muchas partes del mundo o directamente, como recordamos hoy, el asesinato, la persecución y la violencia contra los y las periodistas, sino también por formas más sutiles de cooptación, la publicidad disfrazada de información, las relaciones públicas oscuras, la manipulación de los contenidos a través de algoritmos, la desinformación sistemática y una lógica de producción periodística de la cual nos tenemos que hacer cargo, centrada en el rédito económico del click más que del contenido”
Junto a ello, Labrín sostuvo que el periodismo no está para agradar ni distraer, sino para interpelar, generar pensamiento crítico y defender los derechos humanos como una obligación ética, especialmente hacia 麻豆社区es históricamente excluidas. “No hay periodismo ético sin una mirada crítica al poder y sin una escucha atenta hacia los que han sido históricamente excluidos, no sólo del espacio mediático dominante, sino de esta pretendida sociedad global en que vivimos. Los y las periodistas que hoy homenajeamos han sido escogidos porque demostrar esa ausencia no es una tarea baladí, sino un sentido profundo de nuestra profesión que genera condiciones efectivas de cambio. Hoy más que nunca necesitamos un periodismo que recupere su vocación pública, que sea plural, riguroso, comprometido y éticamente sólido”, concluyó.