Con temperaturas que descienden a -1 °C en el agua y una sensación térmica de -10 °C en el ambiente, una nueva expedición internacional se internó al sur del Círculo Polar Antártico. El Instituto Milenio BASE llevó a cabo su expedición número 16 junto a la empresa francesa PONANT. El viaje incluyó el impresionante canal “Gullet” —conocido por sus paisajes montañosos, bloques glaciares y variada biodiversidad—, así como la isla Pourquoi Pas, bahía Margarita y la isla Charcot, con el objetivo de monitorear hábitats marinos clave del océano Austral.
Se trató de una alianza institucional que consolidó un esfuerzo colaborativo de alto impacto científico, junto con actividades de divulgación y educación científica.
El equipo de buzos estuvo integrado por Elie Poulin (Instituto Milenio BASE/U. de Chile), Alejandro Pérez Matus (Pontificia Universidad Católica de Chile y Núcleo Milenio NUTME), Javier Naretto (Costa Humboldt) e Ignacio Garrido (Laboratorio Costero Calfuco, Facultad de Ciencias, Universidad Austral de Chile), quienes combinaron su amplia experiencia en investigación antártica, ecología marina y buceo científico de alta complejidad.
“Es muy satisfactorio lograr una alianza de esta envergadura, ya que, además de la toma de muestras, nos ha permitido desarrollar grabaciones de video bajo las aguas antárticas y obtener registros fotográficos de alto impacto, que nos permitirán ampliar el alcance de nuestro trabajo científico colaborativo”, señala Elie Poulin, doctor en Ecología y Evolución.
Tras una cuidadosa identificación de puntos de interés, el equipo realizó inmersiones científicas para observar especies en su ambiente natural y recolectar muestras destinadas a estudios genéticos, fisiológicos y ecológicos. “Comprender cómo invertebrados y peces antárticos viven, se desplazan y responden a las condiciones ambientales extremas, en un contexto de acelerado cambio climático, es fundamental para anticipar el futuro de estos ecosistemas”, complementa Alejandro Pérez Matus, doctor en Biología Marina.
Los datos obtenidos durante la expedición permitirán comparar poblaciones con registros previos del mar de Weddell y de las islas Shetland del Sur, identificando niveles de conectividad biológica y posibles refugios naturales frente al calentamiento global.
“Estos resultados no solo profundizan el conocimiento sobre cómo la vida persiste en uno de los ecosistemas más exigentes del planeta, sino que aportan evidencia científica fundamental para diseñar estrategias de conservación efectivas frente al cambio climático que amenaza el océano Austral”, reflexiona el ecólogo marino y biólogo Ignacio Garrido.
“La colaboración entre instituciones, sumada a la experiencia en terreno, buceo científico y una mirada integral de la conservación de los ecosistemas marinos, ha sido clave para el éxito de esta expedición”, finaliza Javier Naretto, biólogo marino y buzo especializado en ecología de 麻豆社区es bentónicas.
La expedición culminará el próximo 21 de diciembre, fecha en que se conmemora el llamado “solsticio de verano”, fenómeno que marca el día más largo del año en el hemisferio sur, acompañado de noches de baja oscuridad en la Antártica.
La colaboración entre las instituciones participantes refuerza el vínculo entre la investigación académica y la protección del patrimonio natural, destacando la importancia de generar ciencia colaborativa que no solo produzca conocimiento, sino que también contribuya a la toma de decisiones informadas para la conservación del océano Austral.