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Alimenta tu microbiota, una aliada para el bienestar

UCHILE Podcast: Alimenta tu microbiota, una aliada para el bienestar

¿Quién no ha sentido mariposas en el estómago cuando se ha enamorado? ¿O ha perdido el apetito tras una mala noticia? ¿O ha sentido una enorme sensación de alivio tras comer su plato preferido? Cada día experimentamos cómo nuestras tripas y nuestro cerebro están conectados y se comunican, cosa que por cierto, hacen continuamente.

No es de extrañar: el primero está allá arriba, solo, mirando desde las alturas para gobernar nuestro cuerpo necesita obtener información que recaba a través de los sentidos y sus distintos órganos, entre ellos, el intestino. Particularmente, en este último se alberga un pequeño pero diverso grupo de microorganismos que son fundamentales para nuestra salud: la microbiota. 

“La microbiota son todas las bacterias, hongos, virus que tenemos en nuestro organismo normalmente y están distribuidos en todo el cuerpo. Tenemos 10 veces más bacterias que células en el organismo. Entonces, todas estas bacterias constituyen un gran órgano que es la microbiota y que está repartido en la piel, en las mucosas, en el aparato respiratorio, en el aparato gastrointestinal, donde la más grande se encuentra en el aparato digestivo”. Así comenta la Doctora , gastroenteróloga y académica del.

Conocida popularmente como la “flora intestinal”, la especialista señala que la microbiota presente en nuestro sistema digestivo tiene múltiples funciones en el cuerpo y se enriquece a partir de distintos procesos, incluso desde el nacimiento: “Esto comienza con el nacimiento, donde parte de las bacterias que colonizarán al niño más adelante son transmitidas por la madre en el momento del parto, pasando por la vía vaginal. Ahí nosotros empezamos a colonizarnos, y es un proceso que se potencia también a través de la leche materna, pasa al intestino, al pulmón, a la piel y a todo el cuerpo. Y su función principal es la inmunidad”.

La especialista explica que la microbiota presente en el intestino se adhiere a sus paredes, liberando elementos químicos que viajan al cerebro, y que tienen directa relación en cómo respondes a situaciones de estrés. Así, el intestino no solo actúa de informante, sino que también es capaz de echarle una mano al cerebro y obtener una respuesta positiva por medio de la microbiota. Esta conexión se llama eje “cerebro-intestino”, término que ha alcanzado gran popularidad en la población. 

Microbiota del eje oral-intestinal 

Sin embargo, el ámbito nutricional no es la única perspectiva que ha estudiado el fenómeno y su despliegue en el cuerpo. 

“La microbiota gastrointestinal es la que más reconocemos, más relacionada con la nutrición, pero hay otros organismos que están viviendo en nuestra boca, en nuestra piel, en distintas mucosas que no solamente están en el tracto gastrointestinal que también se ven influenciados por todo  lo que comemos y los hábitos que tenemos. Nuestros hábitos de higiene y obviamente los nutrientes que consumimos, los diferentes alimentos van a moldear también las características de estos organismos que están evolucionado con nosotros a lo largo de toda nuestra historia”.

Así lo señala , académica del , quien estudia la microbiota del eje oral-intestinal y su impacto en la salud. La profesional señala que en la boca existen múltiples ambientes con variadas colonizaciones de bacterias: una microbiota asociada a los dientes, otra a la lengua, a la cara interna de las mejillas, etc

Es como un bosque compuesto por diferentes ecosistemas a lo largo del cuerpo humano, donde en alguna parte se va a asemejar más al desierto, en otra parte más a un bosque lluvioso, en otra parte más a una costa. Entonces, es súper importante verlo así, como distintos ecosistemas y sí se comunican entre sí. Por ejemplo, la microbiota de la boca está comunicada con la del resto del tracto gastrointestinal, porque tenemos que pensar que tragamos litros de saliva al día en donde hay muchos microorganismos que van a empezar a estar en el resto de nuestro sistema digestivo, algunos van a poder adaptarse a esos nuevos espacios y algunos van a causar problemas”, detalla la especialista de nuestro plantel.

Y profundiza: “Y lo más entretenido es que no solo se relacionan entre sí, sino que nuestro cuerpo se relaciona con todas las superficies que tocamos, con nuestras mascotas, con nuestra familia, cuando vamos al gimnasio, cuando estamos en el metro, cuando vamos caminando. Es decir, siempre vamos a estar intercambiando nuestros microorganismos con los del medio ambiente que nos rodea”.

A diferencia de lo que el sentido común pueda decirnos, una microbiota sana es una microbiota rica y variada en bacterias, donde una menor diversidad puede ser sinónimo de distintas enfermedades, explica la Doctora Abusleme. “Pueden surgir un montón de condiciones inflamatorias y alérgicas a lo largo de todo el cuerpo, en la piel, en el tracto gastrointestinal, en la boca, en todas partes, todo lo que se relaciona con alergia e inflamación. Y eso es porque nuestra microbiota está permanentemente dialogando con nuestro sistema inmune. Y si nuestro sistema inmune no lee apropiadamente estas señales o esta microbiota cambia y se transforma en una microbiota que ya está generando una respuesta muy alta de nuestro sistema inmune, ahí es donde se generan los problemas”.

¿Cómo nutrir y cuidar de forma adecuada nuestra microbiota?

Una opción es a partir del uso de probióticos, nos responde la Doctora Sylvia Cruchet: “Los probióticos son bacterias ‘buenas’, que entregadas en una cantidad y tipo adecuado, te protegen la salud. Los consumimos en forma de suplementos nutricionales, en cápsula, en gotas, en polvo”. 

Junto con dichos formatos, la Doctora Cruchet -quien también fue la Presidenta del Congreso de la Sociedad Iberoamericana de Microbiota, Probióticos y Prebióticos- señala que los probióticos también se pueden obtener tanto de alimentos fermentados, como el yogur, kéfir y leches fermentadas, así como el chucrut, tempeh y ciertos encurtidos. Eso sí, es importante no confundirlos con los prebióticos, que son hidratos de carbono no absorbibles -como las frutas y verduras- que equilibran la acidez de la microbiota, donde los más populares son la kombucha y el afamado yogur de pajaritos. 

A esto, la gastroenteróloga de nuestro plantel agrega que es importante disminuir el uso de antibióticos, especialmente en la infancia, etapa crucial para el futuro de nuestra microbiota, “porque te mata no solo las bacterias que te están provocando, por ejemplo, una otitis, o cualquier enfermedad. Los antibióticos las mata todas”.

Por su parte, desde su área de estudio, la profesora Loreto Abusleme recomienda que para mantener una microbiota oral sana, es ideal disminuir el consumo de alimentos ultraprocesados y tratar de ingerirlos acompañados de una comida más grande, como el almuerzo, ya que así evitamos riesgo de fermentación en el estómago y posibles lesiones como caries.

Para seguir investigando dichas dimensiones, la Doctora Abusleme lidera el Proyecto , iniciativa financiada por la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VID) de la 鶹, a través del Concurso “Redes, Núcleos e iniciativas de colaboración académica de carácter transdisciplinario”, versión 2023-2024. Su objetivo es establecer una red transdisciplinaria para el estudio de la microbiota del eje oral-intestinal, los factores que inciden en su ensamblaje y su impacto en la salud en los primeros años de vida. 

“Porque a nivel de nuestra realidad chilena no tenemos datos de cómo se están colonizando los niños, y cómo esto se puede vincular con distintas patologías, con el tipo de parto como comentábamos, con la nutrición, con, la aparición de los dientes, el tipo de lactancia, las inmunizaciones, las vacunas que recibimos. Todo eso en nuestros niños no lo conocemos y nos parece fundamental poder generar conocimiento para que tengamos recomendaciones más específicas en todos los profesionales que están interactuando con los niños en esta ventana tan crítica, por lo menos del primer año de vida, que es la primera semilla del punto de vista microbiano que se está instalando y que creemos es muy importante en los desenlaces de salud que pueda tener más adelante el niño”, puntualiza Abusleme. 

Si quieres saber más al respecto, te invitamos a revisar el capítulo 176 de 鶹 Podcast. Ya disponible en , , y YouTube.

 

FUENTE: Dirección de Comunicaciones UCHILE.

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