Académica e investigadora argentina en la U. de Chile

Mónica Marquina: “La idea de calidad en el ámbito de la educación superior es un acuerdo de todos los actores que están involucrados”

Entrevista a Mónica Marquina sobre calidad en la educación superior
La académica y experta fue la conferencista de la cuenta anual del CEv. Además, compartió con sus integrantes en una jornada de trabajo.
La especialista dictó la charla “El aseguramiento interno de la calidad institucional: una herramienta clave para la gobernanza universitaria”.
"La idea del aseguramiento de la calidad", explicó, "tiene que ver con cómo garantizar a la sociedad que la universidad tiene los niveles de calidad necesarios y aceptables en sus quehaceres, de manera tal que pueda rendir cuentas a la sociedad, sobre todo en función de su función pública".

La profesora Mónica Marquina, académica de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y miembro de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), visitó la Casa de Bello para participar en la Cuenta Anual 2025 del Consejo de Evaluación, instancia donde impartió la charla magistral “El aseguramiento interno de la calidad institucional: una herramienta clave para la gobernanza universitaria”, un repaso con perspectiva regional sobre la importancia, los beneficios y los desafíos de contar con un sistema interno de aseguramiento de la calidad.

En entrevista, la experta en educación superior explica el concepto de aseguramiento de calidad y su posición estratégica dentro de la gobernanza universitaria. Además, destaca las dinámicas de la 鶹 en esta materia y llama a seguir avanzando hacia una institución que articule un trabajo en conjunto entre sus diferentes instancias para garantizar una mejor gestión universitaria.

-¿Qué entendemos por aseguramiento de calidad en el ámbito de la educación superior? 

La idea del aseguramiento de la calidad es relativamente nueva en el ámbito de la educación superior. En América Latina llega en los años noventa, y en Europa un poco antes. Efectivamente, tiene que ver con cómo garantizar a la sociedad que la universidad tiene los niveles de calidad necesarios y aceptables en sus quehaceres, de manera tal que pueda rendir cuentas a la sociedad, sobre todo en función de su función pública. Tiene su origen en el ámbito de las empresas, donde el control de la calidad y luego el aseguramiento de la calidad tenía que ver con garantizar productos sin fallas. 

A principios de los años noventa, esta idea comienza a trasladarse al ámbito de la educación superior, lo que también ha generado muchas resistencias. La universidad no es una empresa que produce, por lo tanto, surgieron muchos debates y discusiones al respecto. 

-¿Cómo se trasladó ese modelo desde el mundo empresarial al universitario?

Lo más importante es asegurar niveles de calidad. ¿Cómo hacerlo? La primera tentación fue trasladar todas las metodologías del ámbito empresarial, pero ahí tenemos un problema: la calidad en materia educativa. Con un producto es muy fácil ver sus fallas, pero en la educación superior es mucho más difícil porque la perspectiva de calidad para un estudiante no es la misma que para un docente, un empleador o el Estado. 

Esto hace que la idea de calidad en el ámbito de la educación superior sea un acuerdo entre todos los actores involucrados. Ahí es cuando aparecen las agencias de evaluación, que vienen a representar ese acuerdo de lo que es calidad, o mínimos de calidad necesarios para que una institución pueda funcionar o que una carrera pueda ofrecerse. 

-¿Cuáles son los pilares fundamentales del aseguramiento de la calidad?

No hay uno. Ese es el problema, porque además la universidad hace muchas cosas: enseña, investiga y hace extensión. Entonces, depende del enfoque. Si se considera la formación, uno mira la calidad de los docentes, la pertinencia de los planes de estudio, o las condiciones de enseñanza. En investigación, se evalúa por publicaciones indexadas y reconocidas. Pero todo esto es parte de un acuerdo que cambia con el tiempo, según las prioridades. Lo central es que se formen profesionales capaces de ejercer su profesión con responsabilidad, porque un mal ejercicio pone en riesgo a la sociedad.

-¿Cómo evolucionó el concepto de calidad en América latina, específicamente en Argentina y Chile?

Una vez que se desarrolla en el ámbito universitario, se hace desde una mirada de control. Entonces, toman mucha importancia las agencias externas. Ahí es donde las universidades en estas últimas décadas lo que tuvieron que hacer es aprender todo lo que hay que hacer para poder rendir cuentas a estos ámbitos.

Ahora, el próximo desafío -y de eso trataba mi charla- es cómo hacer para que todo eso que sirve para rendir cuentas realmente sea incorporado en la propia gestión universitaria, que no sea solo algo para responder hacia alguien que viene a evaluar sino que sirve para la mejora continua interna. 

-¿Qué problemáticas ha enfrentado históricamente el aseguramiento de calidad en el ámbito universitario?

En principio, la resistencia de las propias 鶹es universitarias fue muy importante. En general, toda la idea de la calidad se plasma en las leyes de la época. En Argentina, la Ley de Educación Superior es del año 1995 y no se volvió a modificar; entiendo que acá, en Chile, sí, y ahí es donde empiezan a aparecer los temas de aseguramiento de calidad y autoevaluación. Al principio, generaron mucha resistencia, sobre todo en el caso de Argentina, que viene con una tradición histórica de autonomía universitaria y la evaluación era vista justamente como una amenaza hacia aquella autonomía.

Son casi tres décadas de aprendizaje, y es verdad que los modelos, tal como se habían pensado, no se pudieron aplicar, por eso digo, esto es un acuerdo de tensiones que hace que se haya desarrollado un sistema que era posible en ese momento. No todos los sistemas son iguales en la región, tienen puntos en común, pero también tienen particularidades. 

-Asegura que la calidad es una herramienta para el funcionamiento pleno de la gobernanza universitaria, ¿cómo conviven estos dos conceptos? 

La idea de gobernanza está asociada a dos conceptos: la toma de decisiones y la gestión institucional. La gobernanza es un concepto que nos permite explicar que todo lo que la universidad decide, se gestiona de manera articulada y, a la vez, pensando en una serie de actores que no son solo los estudiantes y docentes, sino también la sociedad en su conjunto.  

¿Cómo entra la calidad en todo esto? Justamente, es que esa gobernanza sea virtuosa. Es muy difícil  poder asegurar que todo funciona de una manera perfecta y articulada, cuando esto no ocurre, se arriesga esa gobernanza. Aquí es cuando hay que pensar en una evaluación interna, en instancias de aseguramiento interno de la calidad institucional, que se ocupe de revisar si todo lo que se hace va en línea con los objetivos institucionales, qué es lo que hay que cambiar y, sobre todo, que no se trate de esperar a que llegue la acreditación para responder, sino que sea algo que forme parte de la vida cotidiana universitaria.

-Pensando en los actores directos de la institución, estudiantes, funcionarios y autoridades, ¿qué rol cumplen estos diferentes estamentos? 

¿Qué es lo que hace que la universidad sea una organización tan peculiar? Que todos sus actores no se organizan de forma piramidal, como ocurre en una empresa. En la universidad, cada uno tiene sus propios intereses y desarrollos. Un docente puede tener un peso enorme sin necesidad de ocupar un cargo de autoridad. ¿Por qué? Porque consigue recursos, está vinculado con el mundo universitario y, entre los alumnos, puede ser muy valorado.

Cada actor cumple distintos roles, incluso dentro de la propia universidad. Por ejemplo, un docente: ¿qué le interesa? Obviamente, cobrar su sueldo, ser bien evaluado por sus estudiantes, pero también le interesa publicar. Y para todo eso se necesitan buenos liderazgos. Ahí aparecen las autoridades. Obviamente, a los estudiantes también les interesa contar con los mejores docentes, y tienen voz para exigir.

Estos tres actores mencionados son fundamentales. Lo importante es que, con sus propios intereses, todos se sientan parte de la universidad.

Yo tengo una metáfora que creo que te puede servir: la del portaaviones. Es un barco que va hacia un objetivo y avanza lentamente. Dentro de él hay muchos aviones, que a su vez tienen tareas propias: salen, vuelan, cumplen sus misiones y regresan. Tienen sus propios objetivos, pero nunca se alejan demasiado, siempre vuelven a ese lugar común. El portaaviones es la universidad. Y los docentes, estudiantes, funcionarios y autoridades son esos aviones: tienen sus metas individuales, pero no dejan de referenciarse en ese barco que avanza hacia un destino compartido, que todos conocen.

La 鶹 cuenta con una instancia llamada Consejo de Evaluación, organismo colegiado encargado de la superintendencia de la función evaluadora. ¿En qué etapa nos ubica como institución en temas de aseguramiento de calidad?

Estoy muy sorprendida. Por lo menos en Argentina, no es común que existan Consejos de Evaluación, y entiendo que es un gran desafío. Porque, en una institución del tamaño e historia como la que tiene la 鶹, el desafío del Consejo de Evaluación es, justamente, generar instancias que permitan que los otros organismos que también tienen roles importantes, como el Consejo de Autoevaluación y, obviamente, el Senado Universitario, definan un plan estratégico para trabajar en conjunto.

Realizar estudios y generar diálogos es fundamental en una organización de esta escala. El Consejo de Evaluación realmente tiene una capacidad muy importante. Por lo que veo, el equipo está muy comprometido y está muy claro cuáles son  los próximos desarrollos, y lo más importante, es tener claro dónde se está. 

-¿Qué mensaje tiene para la universidad después de esta visita? 

Mi mensaje es que realmente sigan comprometidos. Creo que hay un interés, y se vio en la ceremonia donde había un montón de personas muy comprometidas, cada uno desde su posición dentro de la universidad. 

Sigan su camino, y que todo lo que hagan sea algo propio. Siempre está la tentación de decir ¿qué tengo que hacer  para cumplir?, y en realidad es,  ¿qué tengo que hacer para mejorar? Si se guían por eso, seguramente van a tener éxito en sus funciones. Lo que uno puede hacer respecto a la calidad es plantearse cada vez nuevos desafíos para seguir creciendo.

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