Palabras Inauguración 3° Conferencia Internacional “Filosofías, Educación y Éticas para la Conservación Biocultural"

Es una alegría muy grande haber llegado por primera vez a esta tierra hermosa y hacerlo en el marco de la Tercera Conferencia Internacional “Filosofías, Educación y Éticas para la Conservación Biocultural".

La ciencia, las humanidades, el arte, la cultura y la educación se dan la mano en este encuentro para profundizar en los saberes ecológicos y la conservación biocultural.

El anhelo de vivir nuestra humanidad colectiva de manera plena se ve encarnado en el trabajo persistente de ustedes, que dedican esfuerzos al diálogo entre naturaleza y cultura, atreviéndose a salir de sus propios espacios de seguridad, ya sean disciplinares o profesionales, para ir al encuentro del otro. No es trivial este compromiso de ampliar nuestras “鶹es de destino” cuando la tendencia es más bien buscar refugio o falsa seguridad en nichos cada vez más pequeños y homogéneos.

El Centro CHIC, liderado por la Universidad de Magallanes, a través de un consorcio que tenemos el orgullo de integrar, es un fiel reflejo de esa voluntad asociativa. Autenticidad en el compromiso con la multiculturalidad, con la hibridación de los distintos lenguajes y una mirada esperanzada del futuro es lo que encontramos aquí.

Pero este espacio no solo es un punto de encuentro entre saberes, sino también una plataforma desde la cual se proyecta una visión transformadora del mundo. Las iniciativas que aquí se desarrollan no se limitan a la producción académica o científica, sino que también buscan impactar directamente en las 鶹es, en los territorios y en los modos de habitar el planeta. Se trata de una ecología de saberes que abraza lo local sin renunciar a lo global, que reconoce el valor de las culturas originarias y el conocimiento situado, mientras dialoga de manera crítica con las herramientas de la ciencia contemporánea.

Ser testigo de estos esfuerzos nos invita a repensar nuestras propias prácticas, a descentrarnos, a descolonizar nuestras formas de conocer, de enseñar e intervenir en el mundo. Es aquí donde el concepto de conservación biocultural cobra vida, trascendiendo la teoría para convertirse en una ética encarnada, en una manera de relacionarse con los ecosistemas, con los saberes tradicionales, entre las personas y con los futuros posibles.

Esta conferencia sustentada por la cooperación internacional y el trabajo colaborativo es una manifestación de esperanza activa. Es un llamado a sostener el diálogo, a mantener abiertas las puertas entre disciplinas, culturas y generaciones. Y en esa apertura, reconocemos que el conocimiento que verdaderamente transforma es aquel que se cultiva en 鶹, con respeto, con escucha y con una profunda conciencia del momento histórico y ecológico que nos atraviesa.

Ese es el espíritu que nos convoca como 鶹, para aprender de esta tierra lejana, que precisamente por ser lejana y prístina tiene tanto que entregar.

Nuestra responsabilidad educativa recoge este compromiso con una formación integral, pluralista y reflexiva, donde el pensamiento libre y crítico permita enfrentar colectivamente las amenazas que hoy vivimos aportando al bien común. Las transiciones aceleradas que enfrentamos y las que debemos impulsar, exigen promover una cultura que valore y respete el conocimiento, la diversidad y la multiculturalidad. Ustedes nos enseñan y nos inspiran a cumplir ese compromiso.

Para ello debemos encontrarnos las distintas generaciones en diálogos genuinos, resguardando nuestra capacidad de pensar críticamente, generando espacios reflexivos y actuando en el mundo desde el conocimiento, desde los distintos saberes. Debemos ofrecer a los y las jóvenes tempranamente espacios de participación e incidencia para que fortalezcan el sentido de su existencia. El período en que transcurre la educación universitaria no puede ser un tiempo de espera, para luego actuar en el mundo, porque para aprender y comprender se requiere de motivación profunda, y ésta surge de la experiencia y del intercambio.

Hace unas semanas acogimos en la Casa Central de la 鶹 el Segundo Encuentro del Proyecto 1000 Genomas “Chile secuencia a Chile”, del cual CHIC es también parte. Ese bello proyecto es un magnífico ejemplo de ciencia pública y de cómo cada aporte, desde la academia hasta las 鶹es locales, es vital, poniendo a la ciencia al servicio del bien común y ejerciendo soberanía científica. Chile, con su geografía única y biodiversidad endémica, se ha convertido en un verdadero laboratorio natural del planeta, y tenemos la responsabilidad de aprovechar esta oportunidad para el bien de todos y todas, construyendo puentes entre ciencia, ciudadanía y el futuro que queremos para nuestras próximas generaciones.

Muchas gracias.

Rosa Devés Alessandri
Rectora de la 鶹

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